sep 28, 2021
HORIZONTUM tuvo la oportunidad de platicar con Andrea Garza Ponce de León, neurolingüista y psicopedagoga, creadora de la Editorial Independiente de literatura infantil de nombre CAYUCO. Dicha editorial tiene ya cuatro títulos publicados este año: Kiko, Tatis, Rolando el colibrí y Saúl y los felinos, historias que hablan de algunos principios de convivencia básica que deberían de estar presentes en todos los niveles de la sociedad.
Esta terapeuta del lenguaje y aprendizaje nació el 4 de septiembre de 1965 en la CDMX. Su clan familiar está repleto de artistas: la tía Griselda Álvarez Ponce de León, además de ser escritora y poeta, fue la primera gobernadora en México (del Estado de Colima); una de sus primas conoció a Laura Esquivel, quien se enteró de la historia de un miembro de la familia que se quedó a cuidar a su mamá renunciando a su gran amor (quizá de ahí Laura se inspiró para su novela). Por eso, Andrea Garza, convencida de que el ‘ser artista’ forma parte del ADN familiar, no podía quedarse atrás y comenzó CAYUCO, su propia editorial independiente[1] para hacer lo que más ama: el lenguaje, el dibujo, trabajar con niños y escribir.
Sus cuentos no plantean una determinada moraleja (Andrea Garza no pretende imponer valores), sólo buscan transmitir la importancia de la lectura como vínculo entre las personas, entre padres e hijos, para alcanzar nuevos mundos y entender que como sociedad tenemos que cambiar la forma de convivencia actual; la cual se ha tornado violenta, indiferente y apática.
A continuación, les presentamos, en palabras de Andrea Garza, su importante trabajo en CAYUCO.
DETRÁS DE CADA HISTORIA
El objetivo de una historia es que el lector se sienta reflejado sin saber que es de Él de quien se habla; así podrá asimilar mejor lo que dicha historia le quiere transmitir. Como terapeuta, he notado que los temas emocionales de los niños están ‘mezclados’, ya no es claro qué empezó primero, si el problema del lenguaje o el problema emocional. Lo cierto es que la problemática es producto de una mala convivencia social en todos los niveles, pues hay principios básicos que hemos perdido como sociedad, de eso hablan mis libros:
- Kiko trata sobre la convivencia y cómo ante una problemática de bullying, muchos niños no se atreven a hablar sobre ello. Pocos son los que se acercan a sus padres porque los adultos siempre están cansados, ocupados o trabajando para que no les ‘falte nada’.
- Tatis muestra a una bruja muy mala que escucha a otras brujas decir que su hija “no es tan fea, ni mala, ni tan bruja como debería”, por lo que ella hace hasta lo imposible para cambiar a su hija para que sea ‘tan bruja y tan horrorosa como ella’, de lo contrario será rechazada.
- Colibrí es la historia de un pequeño colibrí que se entera, a muy temprana edad, de los supuestos peligros del mundo y la posible maldad de otras aves. Pero un día abandona el jardín en el que vive y diferentes aves le ayudan a regresar a casa, dándose cuenta que en la diversidad hay muchos beneficios.
- Saúl es un cuento que busca crear empatía. Trata sobre un niño que no está aprendiendo a leer y a escribir al ritmo de los demás. Pese a que todos le han intentado ayudar, una maestra se da cuenta de que Saúl necesita otro tipo de método porque no todos somos iguales ni aprendemos de igual forma.
LA NIÑEZ VIOLENTADA, LA LECTURA COMO CURA
Andrea Garza ha pasado los últimos 30 años trabajando con niños, muchos de ellos han sufrido violencia y abandono. Se ha dado cuenta que tanto el niño que está ‘atendido’ por sus padres y asiste a terapia del lenguaje (porque no habla bien) hasta el niño abandonado, sufren de violencia.

Yo en la terapia, nos dice Andrea, pido a los papás que compren cuentos para leerlos con sus hijos. Ese vínculo de leerle a los hijos es maravilloso porque genera conversaciones reales que le facilitan al adulto transmitir aspectos que de otra manera sería muy difícil hacerlo. A los niños de hoy y de siempre no les gustan las moralinas, ni que los estén atormentando con el ‘deber ser’. El conocimiento debería crecer en uno a muy temprana edad para que te acompañe toda la vida. Y estoy segura que la lectura te lleva a eso.
CREANDO UNA EDITORIAL INDEPENDIENTE
Para empezar, queríamos participar en el Concurso de Bibliotecas de Aula, para tener recursos con los cuales echar a andar la editorial, lamentablemente este año se cancelaron todos los concursos de Literatura. Espero se retomen, de lo contrario sería un gran daño a la niñez, a los jóvenes y a su educación.
Al no lograr apoyos gubernamentales, recurrimos a recursos propios para imprimir, e imprimir muchos libros porque en el mundo de la impresión a más, mejor precio. De ahí salió el primer tiraje de 2000 copias. Después, recurrimos a las técnicas millennials de promoción: aparecer en redes sociales, acercarse a las tiendas, librerías, ir a ferias, pedir a la gente que leyera los libros porque de voz en voz podemos darnos a conocer. Así nació CAYUCO y pasó de ser una ilusión a toda una realidad.
Además de cuentos, queremos crear material de Lenguaje para fomentar una buena dicción, ampliar el vocabulario, el uso correcto de nuestro idioma, alejarnos de las malas palabras y el mal manejo del español. Ya tenemos el siguiente proyecto: una novela llamada Larissa.
PEQUEÑOS EDITORES, TODO UN RETO
El mexicano tiene mucho talento, es creativo, emprendedor, y eso lo sabe muy bien la industria de los pequeños editores, quienes con sus proyectos activan y emplean a un amplio sector de profesionistas: diseñadores, correctores, ilustradores, escritores, etcétera.
Sin embargo, este tipo de editoriales tienen que luchar y sacrificar su ganancia; sin contar que todo el mundo se quiere ‘colgar’ de tu idea. Entonces, hay que pagar los Derechos de Autor para constituir tu empresa de forma legal, lo que implica dos años de papeleo. Después de todo eso, llega alguien diciendo que para que tu cuento esté en una librería, le tienes que pagar el 60%, lo que me parece imposible. Yo puedo no ganar, pero si yo no gano como editorial, ¿cómo produzco?

De ahí que el Gobierno tiene que seguir apoyando el acceso a la cultura. Existimos miles de personas en México con talento, emprendedoras, trabajadoras, con cosas buenas para compartir. Aunque es complicado, sí se están abriendo nuevos espacios porque los mexicanos somos muy creativos.
Ejemplo de ello es la Feria del Libro de Guadalajara, donde se aprecia mucho nuestro trabajo, sobre todo en el extranjero, porque hacemos cosas de calidad. Pero aún falta, hay gobiernos como el de Portugal o Brasil que apoyan a escritores y traductores para que sus trabajos trasciendan fronteras; en México esto no existe.
En nuestro país persiste un sentimiento de lástima por el gremio, y no debería ser porque hay talento, hay calidad; pero sin ayuda es muy complicado, el país no te facilita nada. Pese a los obstáculos, lo logramos y los cuatro cuentos ya están a la venta en varias librerías del país.
Fuente: HORIZONTUM